Justin Verlander fue sencillamente demasiado para los Atléticos de Oakland y, como se esperaba, se los devoró, nuevamente.
Desde antes de este quinto y último encuentro de la Serie de División de la Liga Americana, entre los Atléticos y los Tigres de Detroit , la balanza estaba inclinada hacia los felinos por el solo hecho de contar con Verlander como su abridor. Al final se demostró por qué.
En medio de esa labor se mantuvo perfecto durante cinco innings y un tercio, antes de darle boleto a Josh Reddick en el sexto inning. Luego llevó el juego sin hits hasta el séptimo, cuando tras dos out Yoenis Céspedes le conectó un sencillo al jardín central.
Los antecedentes de las cacerías de Verlander ante los Atléticos presagiaron lo que podía pasar esta noche y lo que finalmente terminó ocurriendo.
Antes de este encuentro el derecho tenía frente a Oakland, en postemporada, en tres triunfos en cuatro juegos y no registraba derrotas. Su efectividad ante los Atléticos en playoffs era de 1.60, al haber aceptado tan solo cinco carreras en 28 entradas y un tercio, en los que acumula 39 ponches.
Esta noche lo que hizo fue continuar con ese dominio y llevar a 30 las entradas de forma consecutiva sin permitirle carreras al conjunto californiano, al que en el 2012 venció también en el quinto encuentro de la Serie de División de la Liga Americana.
Sin duda, Verlander engulló a los Atléticos de la misma forma que los Tigres devoran a sus presas predilectas. Pero su acción no hubiera tenido el impacto que tuvo de no haber sido por Miguel Cabrera.
Para este juego Detroit necesitaba de la reacción ofensiva de Cabrera, de su poder, que había estado ausente en la serie y en general desde el 17 de septiembre. Y como la figura decisiva que es, el venezolano respondió al compromiso y a la necesidad de su equipo.
Esa conexión quebró la paridad en el marcador en la cuarta entrada y le dio a los Tigres lo que requerían para definir la serie a su favor y dejar en el camino a los Atléticos, por tercera ocasión de forma consecutiva en postemporada.
Antes de ese jonrón, que produjo dos carreras, ya que había un hombre en base, Cabrera no tenía cuadrangulares ni extrabases en la serie. Dirán los fanáticos que los había dejado para el final, y aunque de seguro no fue una cuestión premeditada así fue.
Los Tigres demostraron que al momento de decidir, especialmente ante Oakland, no fallan, pues las diferencias que marcan el contar con peloteros de la talla de Verlander y Cabrera son inmensas y, sin duda, definitorias.
Los Atléticos tuvieron su oportunidad, la serie estuvo en sus manos y se les fue, al no poder mantener una ventaja de tres carreras en a la altura del quinto inning, en el cuarto juego. Ahí se les fue, ya que darle un segundo aire a los Tigres, con el escenario que se mostraba para este quinto juego era mortal y lo sufrieron.
Eso, sin embargo, no le quita mérito a la temporada que tuvieron. Pero sucede lo mismo que en las últimas siete campañas en las que han avanzado a la postemporada, no encuentra la forma para si quiera llegar a una Serie Mundial y competir por el título que les ha sido esquivo desde 1989.
Ahora, el sueño continúa para los Tigres, a los que les tocará enfrentar desde el próximo sábado a los Medias Rojas de Boston , en la Serie de Campeonato de la Liga Americana, que se disputará al mejor de siete.
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