lunes, 22 de abril de 2013

El heredero de Manny ya está en camino


El Manny Ramírez que ha animado los diamantes con bateo depurado, personalidad controversial y carisma fuera de lo normal por casi dos décadas puede estar agotando sus últimos turnos. Pero el mayor de sus retoños parece dispuesto a continuar el show, al menos con el bate dentro de las líneas de cal.
Manny Ramírez Fernández (Manny Junior), de 17 años y 6'3, se movió de la inicial a los jardines, rebajó 25 libras, y ha asumido la rutina de trabajo de su padre (llegar varias horas antes a las prácticas) para subir sus bonos y buscar una selección alta en el próximo sorteo aficionado, a celebrarse entre el seis y ocho de junio.
Una búsqueda simple en la Internet y aparecen decenas de reportajes recientes sobre él, lo que indica el eco que está haciendo de cara al draft.
Hijo de Cecilia Fernández, anterior esposa del toletero, Ramírez Jr., permaneció con su madre cuando la pareja se separó en 2001, y es a quien considera como su gran estímulo para seguir los pasos de su padre, quien pone como primera opción hacer una carrera universitaria.
Con una actitud ante el público opuesta a la que su padre tuvo hasta hace poco, en varias entrevistas concedidas en los últimos dos meses se resalta que Manny Jr., es abierto a hablar sobre diversos temas.
Quienes lo han tratado, lo definen como un chico jovial, de sonrisa fácil, que saluda a los extraños con apretón de mano, y en las entrevistas mira a los ojos al entrevistador. No hace las excentricidades por las cuales su padre ganó tanta notoriedad como por lo que hizo con el madero.
En su último año en la secundaria IMG Academy de Bradenton, Florida, su promedio de bateo es de .366 con dos jonrones y 27 carreras remolcadas. Pero sus números crecen como la verdolaga según madura, y actuaciones recientes han disparado su valor, ya ayudado con su pedigrí.
El mes pasado viajó al extremo del país, en Mesa, Arizona, para jugar el Cleats Sports Invitational Classic, donde bateó de 23-12 (.521) con tres dobles, dos triples, dos jonrones, 15 carreras impulsadas y nueve anotadas.
"Definitivamente él es un espejo de su padre en el enfoque cuando llega a la caja de bateo", dijo Ken Bolek, director del programa de béisbol de IMG.
Ya se comprometió a jugar con el Central Arizona Community College, pero su asistencia allí dependerá de la posición en la que sea seleccionado en el draft.
"Creo que la gente puede asumir cosas irrealistas de mí, pero eso no me molesta", le dijo Manny Jr., a Yahoo! Sports.
El mayor de los tres hijos del ex de Indios, Boston, Dodgers y Tampa Bay ha vivido los momentos de gloria e infierno de su padre y los ángulos en los que ha estado les permiten entenderlos mejor que cualquiera.
Sus padres se separaron cuando él tenía cinco años, pero él pasaba las vacaciones de verano acompañado con su progenitor en plena temporada. En 2009, cuando Manny padre militaba con los Dodgers, Manny Jr., entonces con 14 años, viajó durante dos meses con el equipo, e hizo amistades con Matt Kemp, Andre Ethier y Orlando Hudson.
Dice que ese verano lo marcó como pelotero. Allí asistía con su padre tres y media o cuatro horas antes de cada choque. Dos horas para ver vídeos de los lanzadores rivales, y el resto para hacer ajustes tomando lanzamientos solo. Cuando el grupo de compañeros llegaba, tomaba los mismos pitcheos que ellos.
"Creo que con todo lo que le ha pasado ha madurado", dijo sobre su padre. "Está muy serio con eso (la religión). Comenzó después que lo suspendieron por 50 partidos en Los Ángeles. La gente cambia con el tiempo. Ha puesto su fe en Dios. Creo que era así antes, pero cambió viajando en el béisbol".
Con un promedio de por vida de .312 y 555 jonrones, Manny tiene las estadísticas para contar con un nicho en Cooperstown, pero sus dos positivos en pruebas de dopaje representan un obstáculo para ingresar al Salón de la Fama.
"Es una de esas cosas que a él le hubiesen gustado, pero ya no será fácil. Creo que a él no le gustaría que su carrera terminara en Taiwán en lugar de las Grandes Ligas", dijo Manny Jr.

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