SAN ANTONIO.- Ni Danny Green ni Gary Neal son de la realeza de la NBA, como LeBron James. No fueron reclutados en el "draft". Alguna vez pareció que no tendrían cupo alguno en la NBA y que su único destino en el básquetbol estaba en alguna liga extranjera, y no en una final contra el Heat de Miami.
Pero el martes, ambos guiaron a los Spurs de San Antonio a una de las mayores exhibiciones de disparo en la historia de la NBA.
Green anotó siete de los 16 triples de San Antonio, un récord en la final, mientras que Tim Duncan totalizó 12 puntos y 14 rebotes, para que los Spurs trituraran 113-77 al Heat de Miami y tomaran una ventaja de 2-1 en la serie.
Mientras que Green totalizó 27 puntos, Neal acertó seis triples para añadir 24 unidades. San Antonio atinó 16 de 32 triples para propinar la tercera paliza más abultada en la historia de la final.
"Estos chicos estuvieron increíbles en los disparos", dijo Duncan. "Nos dieron el respiro que necesitábamos".
Neal podría ser incluso más importante en esta final, pues el armador francés Tony Parker manifestó nuevas preocupaciones por un dolor en un muslo. Prevé someterse el miércoles a una resonancia magnética".
Duncan se recuperó de su peor partido en una final, y la combinación de veteranos y jóvenes de los Spurs les dio resultados fantásticos ante la algarabía del público en el regreso de un partido por el título a una ciudad que no la albergaba desde 2007.
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